La floriografía es el lenguaje de las flores. En la época victoriana, las flores y los arreglos florales se usaban para enviar mensajes codificados a través de los cuáles se lograba expresar sentimientos secretos que no se podían transmitir verbalmente. Cada flor tenía su significado. Aunque hoy en día este lenguaje no se usa, aún conservamos algo de ello cuando pensamos en regalar flores. Por ejemplo, las rojas se asocian con el amor romántico y apasionado, las rosadas se utilizan para comunicar gracia, alegría e inocencia; las amarillas son perfectas para dar ánimo ya que transmiten alegría, felicidad y amistad, y las flores blancas simbolizan pureza, humildad e inocencia.