Los dulces típicos de Navidad se ofrecen una vez terminado el almuerzo o la cena. Se sirven junto al café, las infusiones o los licores, no antes. Lo ideal es hacerlo en otra sala, pero si no contamos con un espacio aparte, recogeremos absolutamente todo de la mesa y se ofrecen en bandejas, platos de servicio o cuencos. El turrón se come con las manos. Previamente se habrá cortado en pequeños pedacitos de un bocado. Los polvorones no se comen de un solo bocado. 

Se coloca en nuestro plato, se le quitar el envoltorio, se parte con la mano y se va comiendo poco a poco. Los mazapanes, si son pequeños, podemos comerlos de un bocado, si son grandes, los partiremos. Las peladillas se presentan en pequeños cuencos, acompañados por una cucharilla para servirnos. El panettone se pone en un plato, entero, acompañado de un cuchillo. Debe cortarse frente a los invitados. Se come rompiéndolos con las manos en pequeños trozos que luego nos llevamos a la boca, nunca mordiéndolos.