“Esto de la etiqueta es una tontería… ¡No sirve para nada! Que si el tocado va a la izquierda, que si el tocado va a la derecha, que si ahora de repente un frac, que si no, ahora un esmoquin, que si el largo de la falda, entre otros muchos que si esto, que si lo otro, que si lo de más allá…»

No obstante, la etiqueta es una herramienta de comunicación no verbal tremendamente poderosa, porque nos permite lanzar mensajes sin decir ni una sola palabra. En la etiqueta hay que ser flexibles y sobre todo, revolucionarios pero… ¡Ojo! porque, para saltarse la etiqueta; para saber lanzar nuestro mensaje con estilo, primero hay que ser un profundo conocedor de la etiqueta tradicional y de sus recomendaciones.

Así pues, para poder ampliar nuestras perspectivas de estilo y etiqueta, vamos a seguir conociendo las pautas que rigen. En este escrito nos vamos a centrar en el esmoquin y en su correspondencia para las señoras con el vestido largo.

Dentro del universo de la etiqueta masculina es el vestuario más conocido a nivel internacional. El esmoquin es el traje de etiqueta de hombre indicado exclusivamente, para la noche, más para actos de tipo social, pues no admite condecoraciones de ningún tipo. Cabe destacar que no es un traje apropiado para eventos religiosos, y para poder usarlo, es imprescindible que nos lo hagan saber en la invitación o nota de interés.

Su origen se remonta a los caballeros ingleses, que lo utilizaban para fumar y dialogar entre ellos. Es también conocido como dinner jacket o black tie. Como dato curioso, en Estados Unidos se conoce como Tuxedo por el Tuxedo Park, que a su vez fue el primer club neoyorquino en que su uso fue de obligada etiqueta.

En cuanto a sus características y estructura, se caracteriza por su pajarita en forma de lazo de seda negra. En España el esmoquin solo se contempla de color negro y se compone de las siguientes prendas:

Chaqueta. De color negro, puede ser recta o cruzada, con solapas redondas de gran abertura o en punta, en seda o en raso brillante. Si la chaqueta es cruzada, no se debe vestir ni chaleco ni fajín.

Camisa. Blanca y muy adornada, suele llevar jaretas o bordados y los botones suelen llevar tapas también adornadas. Destaca el puño doble de gemelo.

Pajarita. Negra, de seda y de lazo, nunca jamas corbata.

Fajín. En seda o en raso plisado, a juego con la pajarita. En caso de vestir fajín, no se puede llevar chaleco. Se coloca en la cintura como un cinturón, pero se abrocha detrás con una lazada o botón. Las jaretas se pondrán siempre hacia arriba, originariamente, se utilizaba como bolsillo. Es el complemento más tradicional del esmoquin.

Pantalón. Negro con una línea lateral vertical, en raso brillante y también, negra, al igual que las solapas de la chaqueta.

Calcetines. Finos, de seda o hilo negros.

Zapatos. Negros, no necesariamente de cordones, generalmente, mejor de charol. Actualmente, otra vez muy de moda, las  opera pump,  que se utilizaban en sus orígenes o los slippers originarios de la burguesía inglesa.

                                                  

Slippers
Opera pump

                                                       

Chaleco. De seda o del mismo tejido que el esmoquin. Se viste en lugar del fajín.

En paralelo y de la mano, dentro del universo de la etiqueta femenina, está el  vestido largo. También conocido como traje de noche. Por similitud al vestuario masculino, podemos decir que es la prenda de más alta etiqueta del vestuario femenino.Si lleva algo de cola, se le considera algo más formal o un vestido de gala.

Aunque los diseños femeninos, si que están muy influenciados por la moda, podemos decir que los vestidos largos o trajes de noche se caracterizan por su elegancia y por la utilización de telas de gran calidad, destacando los rasos, las sedas o los suaves terciopelos. Admiten incrustaciones de pedrería, lentejuelas y diseños más lujosos que los vestidos de día.

Para elegir el vestido se cuenta con una amplia variedad de posibilidades, teniendo en cuenta nuestra personalidad y estilo. Discretos escotes, tirantes sugerentes, espaldas al aire  y mil bonitas maneras, pero siempre manteniendo el gusto y la elegancia.

El traje largo debe cubrir en su totalidad las piernas. Se recomienda vestir medias, aunque no se vean las piernas. Los zapatos altos y de tacón fino, a juego con el vestido.

Los complementos deberán ser de gran calidad. El bolso pequeño, de mano, de metal, carey o de tela con pedrería o brocados. En cuanto a las joyas, mejor pocas y de calidad. Suficiente con un sencillo collar, unos pendientes y alguna pulsera o sortija. En este sentido, las perlas y los diamantes siguen siendo las reinas de la noche, porque son elegantes y no se pasan de moda.

Los colores para un vestido largo, por regla general, deben ser oscuros (el negro sigue siendo el rey de la noche) aunque, no obstante, la moda influye mucho en ello. Admite vistosos complementos como los guantes, ya sean largos o hasta el codo o por encima de él, abrigos de fantasía o de visón, echarpes, mantones, entre muchos otros.

Resumiendo, hay que ser elegantes y respetar las normas de etiqueta, pero nunca llevar las cosas hasta unos extremos que pueden llegar a rozar la ridiculez. Siempre el sentido común, como regla primordial, para saber utilizar la etiqueta y las buenas maneras.

Esperamos que nuestros consejos en protocolo y etiqueta te aclaren. Si tienes alguna duda podéis preguntarnos.

No olvides que LA ETIQUETA hay que tratarla como lo que verdaderamente es: UNA HERRAMIENTA DE COMUNICACIÓN NO VERBAL, DONDE SIEMPRE DEBE PREVALECER EL SENTIDO COMUN, COMO REGLA PRIMORDIAL.