Continuamos insistiendo en el Protocolo y en la Etiqueta como cuestión de imagen y marca personal. En concreto, esta vez nos centramos en lo que respecta a moda y elegancia. Y hoy es el turno del uso del sombrero, del tocado, de la pamela y de los guantes en las ceremonias. Accesorios siempre usados por los más atrevidos y por ello, no está demás recordar su correcto uso.
Sombrero
Actualmente, el sombrero es casi una prenda reservada para ocasiones especiales, aunque hay personas que todavía lo utilizan a diario, pues es una prenda preciosa y que denota mucha personalidad y estilo. Muchos optan por usarlo con cierta frecuencia como un complemento de su vestuario. Podemos destacar las boinas, las gorras, los sombreros de paja, los panamá o las viseras, entre muchos otros.
En lo que respecta al estilo, destacar que en los hombres el color tiene que ser el mismo que el del abrigo y solamente, se usará por la calle, ya que el hombre siempre se descubre la cabeza al entrar a un espacio cerrado o al saludar. En cambio, en las mujeres el protocolo dicta todo lo contrario. Si asisten a un evento con sombrero no se lo quitan hasta volver a casa. No se quita ni en la mesa. No obstante, el horario es hasta las 17.00 horas y nunca se debe llevar con traje largo.
Tocado
En cuanto a los tocados, si son de gran tamaño cumplen el mismo horario que los sombreros. Aunque, el protocolo marca que si son más discretos y los adornos de menor tamaño, se pueden llevar a cualquier hora.
Pamela
Las pamelas solo se utilizan entre los meses de marzo y octubre.
En términos generales, destacar que cuanto más sencillo sea el vestido, más adornada puede ir la cabeza y a la inversa.
Todos los sombreros, tocados o adornos deben de ir colocados a la derecha de la cabeza. El protocolo dicta que el acompañante masculino va situado a la izquierda, de esta manera nos aseguramos de no molestarle si el tocado es muy voluminoso.
Guantes
Durante siglos los guantes han sido un signo de distinción en las clases altas. Elegantes y al más puro estilo del cine clásico americano. No obstante, hoy en día es un complemento para protegernos del frío en los eventos de invierno, aunque, si los llevamos con estilo, no dejan de ser maravillosos para darnos un toque de sofisticación.
Antiguamente el protocolo obligaba a los hombres a quitarse los guantes para besar la mano de una dama y como con el sombrero, ellas nunca se los tenían que quitar. Actualmente, es todo lo contrario, siempre debemos de descubrir nuestras manos tanto hombres como mujeres.
En lo que respecta al estilo, entre los hombres está generalizado el uso de guantes de piel negra, salvo que vistan chaqué en cuyo caso se exige guantes blancos de cabritilla. Al llegar a un espacio, lo mejor es guardarnos los guantes en el bolsillo interior del abrigo.
En los trajes de etiqueta femenina, siempre con un pronunciado escote y sin mangas, es frecuente ver que se utilizan guantes largos, de color negro o gris, en seda, raso o de alguna materia noble. Se ha de evitar lucir sobre ellos anillos o brazaletes. Y claro queda, no debemos olvidar quitarse los guantes cuando pasemos a la mesa.