Todas las personas quieren sentirse además de sanas, bellas. La belleza es una suma de muchos factores y por supuesto, la compone también el glamour natural de una persona, que no significa belleza en el sentido literal, sino un sentido de armonía, acompañado de esplendor. Es cierto que el esplendor nace de la vitalidad, de la luminosidad y del encanto natural de una persona, pero también es cierto que el sentido de la armonía se puede aprender y mejorar y es por esta razón, que debemos considerar cuidar los complementos como parte de un todo a la hora de aplicar las reglas de etiqueta en nuestra vestimenta y el protocolo a la hora de actuar.

EL PERFUME

Es en el antiguo Egipto y posteriormente, en la antigua Grecia y Roma donde se inicia la costumbre de quemar maderas aromáticas y luego, pasar a la creación de aceites con aromas embriagadores que despiertan sentidos. En la actualidad, los más emblemáticos perfumeros provienen da la holística tradición francesa.

Para aprovechar al máximo el aroma de forma sutil, pero clara, es apropiado rociar las muñecas y el cuello, ya que son las zonas donde se deben de probar, pues son las zonas más calientes que permiten una mejor exaltación de los componentes. Desde luego, debemos de tener en cuenta que el perfume es un rasgo más de la personalidad del que lo lleva. El maravilloso mundo del olfato es todo un arte. Por ello, hay que ser muy cuidadoso en la elección. Muchas veces es muy desagradable estar al lado de una persona excesivamente perfumada. Como en la vestimenta, menos es más.

Para las horas de la mañana deben ser más olores más suaves y afrutados, preferiblemente ligeros. Para la noche, podemos optar por algo más persistente y dulce.

LAS JOYAS

El criterio a la hora de llevar joyas es el mismo que para otros complementos. Destacamos que por la mañana debemos tod@s apostar por la sencillez. En cambio, podemos optar por la tarde por algo más vistoso, ya que no será hasta la noche cuando podamos lucir grandes joyas. Aunque la sencillez y sobre todo, la sutileza, siempre jugarán a nuestro favor.

Como ya hemos explicado en anteriores ocasiones, si nos vestimos de etiqueta es mejor no llevar reloj.

Entre las joyas masculinas destacamos la alianza, el reloj, los gemelos y el pasador de corbata. En el caso de las mujeres el abanico es infinito o casi, por ello, como ya hemos dicho, hay que buscar un equilibrio. La sencillez es la mejor aliada de las joyas.

LOS GEMELOS

Los gemelos pueden utilizarse tanto en ocasiones informales como formales. Reiteramos que para el esmoquin, el frac o el chaqué es de vital importancia su uso, así lo marcan las normas de etiqueta.

En lo que respecta a su uso, no vale cualquier camisa. Sólo las de puño francés, también conocido como puño doble.

Para ocasiones formales lo mejor es que sean en oro o por lo menos en apariencia, plata e incluso de piedras preciosas. Intenta que sean de colores serios como negros, grises o azul marino.

Para ocasiones informales hay gran variedad de materiales, formas y colores por lo que puedes darle un toque más creativo al estilismo. Te recomendamos que la camisa sea blanca para así lucir mejor los gemelos.

PASADOR O ALFILER DE CORBATA

El pasador de corbata es un accesorio utilizado para sujetar la corbata en la parte delantera de la camisa de vestir y evitar que ondee libremente a su antojo. El gusto por lo vintage ha facilitado el regreso del pasador de corbata. Debe situarse exactamente entre el tercer y cuarto botón de la camisa. No obstante, recomendamos que sea de largo entre la mitad o dos tercios del ancho de la corbata. Por ejemplo, de 3 centímetros para corbatas delgadas y de 4 centímetros para la corbata tradicional.

Una apuesta segura es que sea de color plateado mate, ya que se ven bien con cualquier corbata. Un pasador de corbata nos puede dar una estilo dandi muy interesante.

EL BOLSO

Los bolsos se van haciendo más pequeños según avanza el día. Grandes e informales para la mañana, medianos y más formales para la tarde y diminutos para la noche.

Las carteras, bolsos de mano o Clutch, siempre en la mano izquierda para poder saludar con la derecha. Como dato interesante, destacar que el mero hecho de agarrarnos a algo consigue transmitir seguridad. Por ejemplo, cuando nos entrevistan, es bueno tener un bolígrafo en la mano para focalizar las manos hacia él.

Sin embargo, los mejores para cualquier tipo de acto son los que llevan una cadenita o cordón que permite colgarlo del hombro si el acto es de pie o colgarlo del respaldo de la silla una vez que nos sentamos en la mesa. Los que no llevan cadena los situaremos entre el final de la espalda y el respaldo de la silla. POR FAVOR, NUNCA ENCIMA DE LA MESA.